PERESTROIKA

Primer 8c a los 40

El mayor de los pou celebra su 40 cumpleaños encadenando su primer 8c “perestroika” en la isla de mallorca ©Rafa Tafarel

Nunca me había pasado que una vía de escalada deportiva me quitase el sueño. Y lo digo en sentido literal: he pasado noches en duermevela y días en vigilia acomodando cada uno de mis actos a este objetivo final. En mi interior sabía que si quería conseguir un objetivo que me venía muy por encima de mis posibilidades, tenía que entrenar y cuidarme como no lo había hecho nunca; “el guerrero se tendría que mantener en el caballo hasta el final”.

Después de bajar mi peso al mínimo que recuerdo (61kg); escalar todos los días que había condiciones propicias; pasar el invierno más cálido de los últimos 10 años (lo que no me ayudada a escalar una ruta orientada al sureste -sombra a última hora de la tardey situada a 25 m del mar -con lo que esto conlleva con respecto a humedad-); pillar la gripe a finales de febrero; soportar una caries en una muela…

Llegó el 17 de marzo, fecha de mi cumpleaños, con una obsesión perseguida, pero que no lograba materializar. Con la celebración llegó el cambio de mentalidad o dicho en argot escalador “la vuelta de la cabeza”. Dos días después, con mi amiga Elena Albiasu y con buenas vibraciones en el ambiente, volvía nuevamente a santanyí. soplaba viento norte, me sentía fuerte y con mi cambio mental, todo se desencadenó rápidamente: tras un primer intento sensacional cayéndome muy arriba, el segundo pegue fue espectacular y me permitió chapar la cadena.

Había solventado mi crisis de los 40 con mi primer 8c y tenía razones más que suficientes para celebrarlo. Desde entonces le he dado muchas vueltas, ¿le merece la pena a una persona con mi mentalidad montañera tanto sacrificio por 20 metros de escalada?

Todavía no tengo la respuesta.