PEÑA SANTA

Mucho compromiso y buen sabor de boca

La ascensión a Peña Santa por la ‘Sur Directa’ no desmerece a una buena clásica de los Alpes, con el añadido de los Picos: buena gente, sabrosa comida, excelente bebida y la playa a un tiro de piedra.

‘LA CARA SUR DE PEÑA SANTA’ 2.596 m.

Lo había oído una y mil veces: ‘Peña Santa es muy salvaje, incluso supera al Picu (Naranjo de Bulnes) en compromiso’. Es una buena tarjeta de visita para un grupo como el nuestro que siempre está en busca de la aventura; y la verdad es que la realidad superó las expectativas. La ascensión a esta mítica cumbre de los Picos de Europa por la ‘Sur Directa’ es a día de hoy una de las escaladas más bonitas que se puede realizar en España. Es cierto que Peña Santa no tiene la verticalidad y sobre todo la continuidad que presentan los muros del Picu- por ejemplo: su imponente cara oeste- pero si tenemos en cuenta -la larga aproximación hasta la base, su refugio vivac de Vega Huerta (sin guardar), los 680 m de vacío de la Cara Sur y un descenso que en condiciones adversas se puede tornar temibleformaremos un conjunto que bien merece tomar como algo serio esta actividad. El agosto pasado las condiciones no fueron buenas: llovió mucho y el tiempo fue muy inestable. A pesar de todo -junto a Joan Vidal, Elena Albiasu y Dalila Llanos- me aventuré hacia Peña Santa. Salimos desde el mismo Vegabaño con una niebla cerrada que nos llevó a despistarnos y a perder un preciado tiempo en la aproximación. Cargados para dos días, la aproximación hasta el pequeño refugio de Vega Huerta superó las 4 h. A la mañana siguiente Elena se quedó abajo cuidando a Poo (un pequeño cachorro de Border Collie) mientras el trio iniciábamos la escalada con las primeras luces. La primera parte es vertical con largos mantenidos. El día amaneció medio nublado y en pocas horas estábamos tapados por la fina niebla de Picos que poco a poco va humedeciendo todo.

En mitad de la escalada hay una vira enorme que le quita verticalidad y que nos permitió tomar aire, desde allí por detrás de la aguja José Prado (un paisaje espectacular), entramos en los canalizos finales que te depositan en la misma cumbre. Si la zona de los canalizos ya la hicimos húmeda, el último largo lo escalamos empapado, con todo lo que ello conlleva: seguros flotantes, grandes distancias… Pero lo mejor estaba por llegar: si la escalada en sí nos costó 4h40’, el descenso desde la cumbre al refugio, con varias pérdidas de por medio, por culpa de la falta de visibilidad (no se veía a un metro de distancia), fue de casi 6h. Llegamos extenuados al refu, por lo que nos quedamos a dormir (otra bonita noche montañera) y al día siguiente deshicimos el camino hasta Vegabaño. Solo nos queda recomendaros encarecidamente esta ascensión para este verano. ¡Os dejará muy buen sabor de boca! No desmerece a una buena clásica de los Alpes, con el añadido de los Picos: buena gente, sabrosa comida, excelente bebida y la playa a un tiro de piedra.

DATOS DE INTERÉS
- La aproximación es de lo más bonito que he hecho en Picos de Europa.

- El refugio tiene unas ocho plazas. Se encuentra en buenas condiciones. Habría que subir saco, esterilla y comida. Hay agua al lado.
- La escalada técnicamente no es difícil (5º) para el material y entrenamiento con el que contamos hoy en día, pero debemos dominar la escalada clásica de autoprotección y tener unas nociones mínimas de movernos en grandes paredes.

- El descenso es largo y sinuoso. Nos hará falta una buena orientación. Hay que destrepar por muchos lugares en los que no te puedes caer. Con mal tiempo o una tormenta puede resultar una trampa. Informaros muy bien cómo descender la pared y por donde volver al refugio: no es fácil.
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