BAFFIN 

| PERFECTION VALLEY

| AISLADOS POR EL HIELO 

| ROCA Y SUPERVICENCIA

Perfection Valley es inmenso y apenas tenemos la escasa información que hay en internet. Nuestro guía local, uno de los mejores, nunca ha estado allí. Tendremos que explorar para decidir después nuestro objetivo. ©Felderer

En ese acento tan divertido y particular que los inuit tienen hablando en inglés, un chico de apenas 16 años, con “look” muy rapero me pregunta:

-“¿Cómo te llamas? ¿de dónde vienes?” – lo dice muy tímidamente a pesar de sus aires de chico duro.

-“Me llamo Eneko y vengo de Europa”- le respondo.

-“¿hay árboles en tu casa?”- me pregunta expectante. Por supuesto me sorprende su pregunta, aún más viniendo de un adolescente.

-“Claro, tenemos un montón de árboles, de tipos muy diferentes” le contesto yo, mientras ojeo un libro con la fauna y la flora local.

-“¡Que suerte! yo nunca he visto uno de verdad, solo en la tele o en alguna foto”-responde apenado.

Clyde River es la frontera de la civilización por estos lares. Iqaluit -la capital de Baffin- queda un poco más al sur, mientras que Pond Inlet se encuentra al norte. Estas son las tres poblaciones más grandes de la costa este de Baffin, la quinta isla más grande del mundo.

Baffin es uno de los últimos lugares en el lejano Norte en el que se puede escalar. Con una latitud de 69º00’n 72º00’W, Baffin está dentro del Círculo Polar Ártico. Un poco más allá solo quedan las inmensas llanuras polares que conducen hasta el Polo Magnético.

PERFECTION VALLEY

DATOS TÉCNICOS

ALTURA Campo Base : 10 metros

ALTURA Salida : 1080 metros

ALTURA Mt. Cook : 1440 metros

Día: 17/7/12

Temperatura: -10ºC a las 5:00 horas

Tiempo de expedición: 43 días

Estado de los víveres: Bajo

PRIMERA EXPLORACIÓN

El día 4 de junio salimos Hans y yo, con Yeiko- uno de los guías locales- a explorar la zona. Tras cuatro horas en moto de nieve atravesando el fiordo (Por encima del mar), intentamos entrar a Perfección Valley por la entrada más próxima a Clyde River. No lo conseguimos.

La temporada esta bastante adelantada y la moto se nos hunde en los ríos que discurren por debajo del hielo. Pasamos bastante miedo.  Solo nos quedaba una oportunidad: Intentar acceder por la entrada más distante a Clyde River.

¿Cómo lo ves Yeiko?– le preguntamos mientras el viento frió de la noche ártica nos golpea en la cara.

¡Por supuesto!, es la única opción– nos contesta Yeiko sin atisbo de duda.

©Felderer

En dos horas más llegamos a nuestro objetivo. Yeiko se queda durmiendo en la moto de nieve, mientras nosotros tras pegar los primeros tiros de nuestra vida con un rifle de la segunda guerra mundial, salimos a explorar el valle. No sabemos si encontraremos osos, pero por si a caso, el rifle es totalmente necesario.

6 horas nos lleva aclararnos donde estamos y reconocer alguna de las paredes que habíamos visto en las fotos de Internet. Hemos estado casi toda la noche andando. Ha hecho mucho frió y hay nieve y hielo por todas partes. De momento, nuestra primera idea de escalar algo en “libre” aquí, se ve lejana, para ello tendrá que mejorar mucho el tiempo. Pero confiemos que lo haga. Se ha escalado muy poco en libre en esta isla, y nos gustaría intentarlo.

Pasamos los tres próximos días avituallándonos de todo lo necesario en Clyde River: Gas para cocinar, gasolina para el generador, y cuatro cosas  más que no encontramos en Ottawa. Tras nuestra exploración, ya sabemos donde fijaremos nuestro Campo Base. Todavía hay mucha nieve, pero a medida que vaya entrando el verano, tendremos hierba y mucha agua.

A partir del día que nos dejen allí estaremos totalmente aislados. El hielo ha empezado ya a abrirse, con lo que a partir del 15 o 20 de junio, la “carretera para moto de nieve” en la que se convierte el fiordo en invierno dejara de existir; y no será, hasta por lo menos el 20 de julio, cuando comience a abrirse hasta convertirse en un canal navegable, y por lo tanto, en nuestra salida.

Entre tanto, los cuarenta y pico días que quedan entre medio, estaremos totalmente aislados de la civilización, al punto de que de necesitar un rescate, nuestras posibilidades de conseguir un helicóptero son remotas o nulas: Estamos en uno de los lugares más salvajes de la tierra.

CAMPO BASE Y MAL TIEMPO

El 7 de junio, con un frió que se te mete en el cuerpo traspasando toda la ropa, llegamos en cuatro motos de nieve a la que iba a ser nuestra casa durante los próximos 43 días.

Mientras los Inuit se marchan, y vemos como la civilización se va alejando, una inmensa soledad se va apoderando de nosotros, mientras en mitad de la tormenta de nieve, vamos montando las tiendas. Son las tres de la madrugada cuando acabamos de levantar la parte básica del campamento y comprobamos con satisfacción que la “falta de luz” no será un problema en esta expedición. El verano ártico es una gran ventaja para escalar en estas tierras: Nunca se hace de noche.

Entre el 7 y el 20 de junio sufrimos una de las peores rachas de mal tiempo en un campo base que podemos recordar: Las nevadas de los primeros días dan paso a la lluvia y la niebla cerrada. La mayoría de los días no se ve más allá de la tienda.

En estas condiciones las jornadas pasan despacio, los segundos se hacen minutos, y los minutos horas. La moral y la motivación del equipo se resienten. Pasaran 22 días hasta que nos pongamos los pies de gato por primera vez.

Pero pasamos el tiempo lo mejor que podemos: Pescar, practicar con el rifle, leer, ver alguna película, hacer flexiones…

Entre todos los entretenimientos hay dos que nosotros consideramos que pueden marcar la diferencia de cara a tener la cabeza “en su sitio” cuando las horas se hacen eternas metido en una tienda: Leer y hacer ejercicio físico. Como ya sabíamos lo que podía suceder con el mal tiempo, llegamos a esta expedición con mucha lectura, y las ganas de hacer flexiones llegaron solas con los días de inactividad.

De las películas que vimos me quedo con: Vicky, Cristina, Barcelona- me gusta mucho Woody Allen-y de los libros con: “La Guerra de Churchill”. Este ensayo que para mucha gente puede ser un “tostón”, a mi me hizo llenar muy buenos ratos.

El día 13 de junio hicimos nuestro primer porteo. Nos costo 4 h con 25 Kg. cada uno y llovió todo lo que quiso, mientras abríamos huella por el glaciar. La aproximación es muy bonita. Sigue primero por la rivera de un rió, para remontar después un glaciar poco complicado hasta la base de la pared.

El día 15 por la noche, una fuerte tormenta, arranco la tienda de Ben y la mía del campo base mientras cenábamos en el comedor, y se la llevo 80 metros mas allá, a mitad del rió. Mi tienda quedo destrozada, la ropa mojada, la cámara inservible…

Eneko, ¿estas bien?- me preguntan mis compañeros mientras me ayudan a sacar todas mis pertenencias del rió.

La verdad es que no chicos- les contesto yo con cara de tristeza-. Tengo la sensación de haber sufrido un desastre natural y haber perdido mi casa. Aquí en mitad “de la nada”  la tienda es lo único que me hace sentir un ser humano de verdad.

Aquella noche dormí “en los aposentos” de mi hermano con la sensación de ser un desplazado.

A la mañana siguiente, todos se afanaron en ayudarme a arreglarla, y con la tienda montada otra vez (aunque fuera de aquella manera), poco a poco todo volvió a su ser.

El 17 de junio hicimos el segundo porteo en condiciones muy parecidas a las del primero.

 

©Felderer

¡POR FIN COMENZAMOS CON LA ESCALADA!

El día 20 empezamos a escalar en la que bautizamos como la “Belly Tower” Lo hicieron primero Hans y Ben. Nosotros comenzaríamos con nuestra parte el día 22.

En esta primera racha de buen tiempo nos desfondamos para abrir más de dos tercios de la pared.

La vía estaba quedando muy buena con largos de mucha calidad y muy mantenidos. Abrimos catorce en cuatro días de escalada. Después de aguantar muchas jornadas de mal tiempo no queríamos perder ninguna oportunidad. Varios salieron a vista, otros combinando libre con algún paso de artificial, y los dos mas duros directamente en artificial. Uno de ellos, al que llamamos “The Door” va a ser la clave de la vía.

Después de la apertura y su primer intento en libre, Iker no tiene muy claro que pueda  ser escalado en libre. No por lo menos para el: Tiene un movimiento muy largo. Hansiorg lo probara con mejor fortuna. El llega mejor por su envergadura, pero le parece que de conseguir hacerlo saldrá realmente duro.

Tras cinco días arriba, nos vamos a descansar a la base. Tenemos una grata sorpresa durante la bajada y la posterior llegada al campo: El calor de los últimos días ha cambiado el paisaje. Ahora es mucho mas verde, baja agua por todas partes, queda menos nieve, y por primera vez el fiordo ha empezado a abrirse.

HACEMOS CUMBRE EN LA BELLY TOWER

Nuestra segunda oportunidad no llegara hasta el día 1 de julio. Entre medias, mucha agua y cielos muy grises. Salimos del campo base a las 5:15 de la mañana y a las 8:30 ya estamos escalando. Remontamos por las cuerdas fijas que teníamos montadas de los días anteriores, y tras abrir los dos largos que nos quedaban, junto a Ricky Felderer, los cuatro llegamos a la cumbre de la Belly Toser con un día precioso. Las vistas desde allí son espectaculares: Un montón de paredes y montañas sin escalar que ascienden hasta 1.400 m desde el nivel del mar, fiordos inmensos, y, glaciares interminables. Nos damos cuenta de que hemos estado en pocos lugares tan auténticos como este.

Hasta el día 3 estamos allí arriba probando y escalando en libre los largos que han quedado pendientes. “The Door” sigue siendo la clave. Iker lo ha vuelto a probar, y a pesar de que le cuesta mucho por falta de envergadura, en un intento prometedor, ha punto ha estado de hacerlo. A su vez, parece claro, que también Hans podría hacerlo. De esta manera seria perfecto.

Cuando la tarde del 3 de julio nos vamos para abajo-viene otra vez mal tiempo- nos llevamos una gratísima sorpresa. El verano definitivamente ha llegado a Baffin: Corre agua por todas partes, apenas queda nieve ya encima de los glaciares, y lo que es mucho mas importante para nosotros, delante del Campo Base el fiordo esta totalmente abierto. Sabemos que nuestra salida no se producirá hasta por lo menos el 20 de julio, porque aunque delante de nuestro campo el mar esta libre de hielo, el problema siempre se produce cerca de Clyde River, donde el océano empuja el hielo hacia el fiordo, cerrando la entrada en bote a muy pocos kilómetros del pueblo.

ESCALAMOS THE DOOR 8B Y COMPLETAMOS LA VIA EN LIBRE

El 7 de julio llega nuestra tercera oportunidad. Sentimos que es el momento. Solo nos quedan pendientes de hacer en libre dos largos, pero uno de ellos no debe ofrecer problemas. Es “The Door” al que realmente todos tememos.

Iker se pega durante cuatro intentos con el boulder clave. No aguanta la inmensa puerta (“The Door”) que te hace el movimiento. Al quinto pasa…

¡Aupa Iker!, ahora tranquilo hasta arriba- le digo yo casi mas nervioso de lo que esta el-. Relájate y escala la fisura como tú sabes.

Se hará lo que se pueda- me responde el, intentando quitarse presión.

¡Vale, máxima atención aquí, es el ultimo movimiento clave!- me grita unos cuantos metros mas arriba.

Estoy atento, ¡Dale duro!

Dos minutos angustiosos preceden un grito de alegría:

¡Si, sí! Ya esta, ya tenemos la vía en libre- grita Iker sin poder contener la emoción.

Ahora es el turno de Hans. Iker le asegura mientras los demás le insuflamos gritos de ánimo:

¡Come on Hans, you go it man!

Le oímos gemir mientras cierra las regletas, pero se le ve motivado, y con más energía después del encadenamiento de Iker.

Logra escalar el boulder de entrada, y cuando pensamos que ya lo tiene hecho, en un desequilibrio casi se cae…

¡uffffffff!- le escuchamos decir con los nervios todavía a flor de piel.

Pero como no podía ser de otra manera-Hans es un autentico talento de la escalada-, unos minutos después, escuchamos los gritos de alegría en alemán. No entendemos nada, pero es evidente que esta tan contento como nosotros. La vía esta acabada: Abierta y escalada en libre entre todos. Parece que “The Door” pueda ser 8b y seria la primera vez que se escala una vía de esta dificultad por estas latitudes.

Aun es pronto, así que decidimos bajarnos al Campo Base. Todavía nos tocara sufrir un poco mas, ya que bajamos con 40 kg cada uno, y teniendo en cuenta que Iker pesa ahora 59 y yo 62, y, Ben y Hans no mucho mas, no esta nada mal. Nos sentimos hormigas con los petates mucho más grandes que nosotros a la espalda. Todavía nos dolerá esta durante unos cuantos días después, ¡dos tercios de tu peso corporal es mucho peso!

LA PRIMERA DUCHA Y ABRIMOS “HOTEL GINA” Y “HOTEL MONICA”

El 12 de julio nos damos nuestra primera ducha después de 35 días, ¡Ya era hora! Es el primer día que esta medio decente para poder hacerlo.

El 13 nos levantamos a las 4 de la mañana. Vamos a intentar abrir dos nuevas vías en la montaña que tenemos encima del campo base. La llamaremos la White Wall. Como nuestros fotógrafos tienen muchas ganas de escalar, Matteo hará cordada con Hans y Bean, y nosotros dos con Ricky. 625 m de desnivel (1h 45’)  nos separan de la base de la vía.

Nos cuesta abrirla 6 h ½  y resulta una ruta disfrutona. Lo mismo para el otro equipo. Llegamos prácticamente todos juntos a la cumbre. Bautizamos nuestra ruta como “Hotel Mónica” 6b+/320  m y ellos la suya como “Hotel Gina”6b+/320 m.

Esta vez elegimos estos nombres de puro cachondeo. Los mas jóvenes de esta expedición habían recortado dos fotos de una revista en las que aparecían sendas modelos guapísimas de Dolce&Gabbana. Las colocaros en la tienda comedor junto a la puerta de emergencia y al lado de un cartel que de risas y con la palabra “Ladys” indicaba de una manera ficticia la entrada al baño femenino. A una la llamaron Gina y a la otra Mónica; de ahí el nombre de nuestras dos nuevas vías…

Hicimos también cumbre en la montaña, probablemente por primera vez para un ser humano. En total 17 h Campo Base-Campo Base, que nos dejaron muy contentos.

El 14, 16 y 17 fueron tres días increíbles. Por primera vez pudimos descansar en el Campo Base tomando el sol. Nos volvimos a duchar, hicimos boulder por las piedras cercanas- tenemos algunos bloques pequeños pero muy buenos-, mas series de flexiones, películas, leer… ¡Tres días de descanso de verdad!

 

UNA APERTURA MÁS: “LEVI IS COMING”

El 17 de julio volvemos a la carga. Esta vez seremos Hans y los Pou, los que intentaremos la última vía. Lo haremos al Mt Cook. La segunda montaña más cercana a nuestro base después de la White Wall. Tras 1.100 m de desnivel (2 h ½) en el que atravesamos un precioso glaciar, nos plantamos en la base de la pared. Otra jornada más con el cielo despejado. Llevamos varios días anticiclónicos, y después del mes de junio que hemos tenido, no nos lo podemos creer. Vamos muy animados pero el cuerpo y la mente ya no están para mucho más. Hoy hacemos 40 días en Perfección Valley y 50 días desde que salimos de casa; empezamos a estar muy cansados.

Tenemos mucha suerte con esta última apertura. La vía es increíble. Todos los largos son muy buenos, y tenemos buena visión a la hora de elegir la línea. Vamos por lo más evidente y vamos rápido. En 3 h 50´ hemos hecho la primera escalada al Mt Cook. La llamaremos “Levi is coming” 6b+/420 m y con seguridad es una de las vías mas bonitas que hemos abierto. El tiempo continúa tan bueno que nos dormimos 30’ en la cumbre. No parece tampoco que nadie haya estado nunca aquí.

Montamos los rapeles y nos vamos para abajo. En 14 h desde que salimos estamos de vuelta en el campamento. Cuando llegamos nos están esperando todos fuera de la tienda. Por supuesto quieren recibirnos, pero sobre todo darnos la buena nueva:

¡Van a intentar sacarnos el 20!- nos gritan emocionados-. ¡Levi is coming de verdad!

¡no me lo puedo creer!- es lo que respondemos nosotros.

Si realmente esto es así, ¡el día ha sido redondo!- dice Hans.

Esa noche nos vamos todos a la cama sin poder borrar la sonrisa. La experiencia en Perfección Valley esta siendo increíble, pero todo el equipo esta ya muy cansado. Hemos aguantado muchos días de mal tiempo en esta expedición y la gente necesita descansar. Llevamos ya diez días comiendo sopas y racionando la comida en la previsión de que todavía tengamos que estar aquí diez o veinte días más. No esta siendo fácil mantener la moral del equipo después de tantos días y sin apenas comida.

Como en toda expedición de larga duración en la que apenas te conoces con anterioridad, ha habido ratos que esto parecía “un Gran Hermano”, y en alguna ocasión no nos han faltado ganas de nominarnos entre nosotros…