Exploración en Perú

4 nuevas rutas de envergadura

Los Pou cierran su periplo andino con la apertura de una nueva ruta. Esta vez en la Quebrada de Llaca -La parte de la Cordillera Blanca más cercana a la capital andina Huaraz- una vía de corte deportivo, que bautizan «Aupa Gasteiz» en honor a su ciudad natal. 

¡Y con “Aupa Gasteiz” ya van cuatro!Me dice mi hermano Iker mientras nos chocamos las manos a pie de nuestra ultima apertura en la Quebrada de Llaca.- ¡Ni en mis mejores sueños habría soñado que todo nos iba a ir tan rodado!

Lo cierto es que yo tampoco…- le contesto con una sonrisa.- Y ademas es que han sido cuatro vías muy buenas, con su respectiva exploración…Parece mentira, que cuando da la sensación que todo el planeta esta tan descubierto, sigamos encontrándonos lugares como este.

Esta ultima habría jurado que no la conseguíamos. Y no lo digo porque fuese mas dura que las demás, lo digo, porque después del accidente de Ian y Juanpi, no tenia, ni la cabeza ni el cuerpo para nada mas…- me dice Iker con la voz quebrada y la mirada triste, de quien acaba de perder a dos compañeros de montaña en un accidente fatal.

Si, estos últimos días se han hecho muy cuestarriba. Todos sabemos que puede ocurrir, y que incluso es parte del juego, pero cuando sucede algo así es muy difícil de aceptar…

Ian Schwer y Juan Pablo Cano, de 30 y 23 años respectivamente, eran compañeros nuestros en la casa que varios alpìnistas compartiamos en Huaraz, y murieron escalando el nevado Caraz, mientras nosotros escalábamos “Andean Kingdom”, la tercera apertura de nuestro fructífero viaje.

Pero vayamonos para atrás en el tiempo, porque esta conversación entre nosotros se produjo el día anterior a nuestra vuelta del país andino, y nosotros llevábamos allí prácticamente un mes…

Invertimos los primeros días de viaje junto a nuestro compañero murciano Manu Ponce y el cámara peruano Alex Estrada, en explorar la cara sur de la Cordillera Blanca.

Pasamos los tres primeros días en la capital andina de Huaraz, donde aprovechamos a aclimatar- ya que vivimos en esta ciudad a una altura de 3.300 m- y a comprar los víveres y pertrechos necesarios, para explorar zonas inéditas al sur de la Cordillera.

Posteriormente nos movemos al pueblo de San Marcos, donde nos adentramos en valles muy interesantes, en los que con la ayuda de la gente de montaña local (Quechua hablantes), buscamos montañas y paredes con mucho potencial para la apertura de nuevas rutas.

Es nuestro estilo, intentar huir de las grandes aglomeraciones en montaña (Sirva de ejemplo los últimos atascos en el Everest), en busca del alpinismo de verdad, que hoy en día -en la mayoría de los casos- se encuentra lejos de los picos famosos a las que va todo el mundo. Una vez más, nos adentramos en lo desconocido, con la idea de descubrir nuevos lugares, que en unos años serán referentes para los escaladores de todo el mundo.

La primera visita resulta muy fructífera, y aunque sufrimos por culpa del mal tiempo, descubrimos varias montañas que podrían ser los objetivos de las próximas semanas.

Ahora queda lo más difícil cuando se trata de una exploración: Cerrar la logística (contratar mulas y gente local que nos ayude a subir el material necesario hasta el campo base) y aventurarnos unos cuantos días en la alta montaña a la búsqueda de los objetivos. Nos tendremos que medir con cimas técnicamente muy difíciles que rondan los 5.000 metros, una altura en la que la falta de oxígeno hace que al ser humano le cuesta mucho poder realizar los movimientos explosivos que requiere la escalada.

1

«BURRITO CHIN DE LOS ANDES» 6b/700 m – Cerro Tornillo 4900m.

Después de unos días de exploración, y su consiguiente descanso, volvemos a la carga para escalar por primera vez la cara norte del Cerro Tornillo, una montaña preciosa de 4.900 m, enclavada en la cara sureste de la Cordillera Blanca; una zona virgen en la que poder desarrollar nuestras ansias de creación durante los próximos días.

Tras  1h 1/2 en todoterreno, iniciamos la aproximación -de 3 horas- ayudados por mulas para cargar todo el material de escalada, agua y víveres, que nos permitan estar hasta cinco días en el campo base a una altura de 4.500 m. Un lugar que habíamos estudiado con anterioridad durante las jornadas previas.

Al día siguiente de la llegada al campo, iniciamos la marcha de aproximación hasta la base de la montaña, al mismo pie de una pared enorme de la que no tenemos ninguna información reseñable, ya que desconocemos tanto su dimensión en metros, como la altura del pico, o las dificultades que tendremos que afrontar, ya que somos los primeros en plantearnos esta ascensión.

¿Cómo lo veis chicos? ¿Tiene buena pinta, no?- nos dice Manu entusiasmado.

¿Tendrá 800 metros como decía Chusky…?- me pregunto yo en voz alta.- La verdad es que parece menos, pero nunca se sabe…

 

Son las preguntas típicas que siempre nos hacemos en la base de una montaña como esta, tantas incógnitas, te rompen la cabeza…

Decidimos acometer la escalada en el mejor de los estilos, en alpino y non stop, o lo que es lo mismo: Con el material justo para intentar hacer la apertura de la vía en una sola jornada, prescindiendo de sacos de dormir, material de vivac, o comida para más de unas horas, con lo que de no acertar a realizarla en un solo día, nos llevaría a tener que bajarnos de mala manera o forzar un vivac sin equipo en mitad de la pared.

Vamos ascendiendo con velocidad por toda la ruta, encontrando dificultades, que a pesar de los problemas generados por la altura, dominamos. 

Al final resultan 6 h consecutivas sin paradas, en la que nos vamos alternando en cabeza de cordada con nuestro amigo murciano, para alzarnos en la cumbre principal del Cerro Tornillo, y tras 700 metros de escalada-¡Chusky iba bastante acertado!-, conseguir por primera vez escalar su cara norte.

La bajada resulta delicada por la cara este con continuos destrepes expuestos que nos obligan a estar alerta hasta nuestra vuelta al suelo, desde donde retornamos muy cansados hasta el campo base, 11 horas después de iniciado el ascenso.

Nos ha dado unas dificultades de hasta 6b y 700 m, y la bautizamos (honor que corresponde a los primeros ascensionistas) como “BURRITO CHIN DE LOS ANDES”, en homenaje a nuestro cámara Alexander Estrada. 

Muy satisfechos con esta primera ascensión, todavía nos queda tiempo para seguir soñando con nuevas aperturas, con lo que todo el equipo mantiene la motivación muy alta de cara al próximo objetivo.

2

«CABEZA CLAVA» 6c+/470 m – Huanka Punta 4670m.

Tras el éxito cosechado con la primera ascensión a la cara norte del Cerro Tornillo de 4.900 m, volvemos a la faena, para hacernos con la primera ascensión de los difíciles y fríos 470 metros de la cara sur del Huanka Punta (4.760 m), una montaña vecina a nuestro logro anterior.

Necesitamos dos días para esta apertura. En el primero conseguimos abrir los cuatro primeros largos, y el segundo entramos a las 9:00 de la mañana, para volver al suelo ya de noche (Oscurece a las 18:00) a las 19:00 de la tarde, valiéndonos durante el descenso de nuestras potentes luces frontales.

En ambas jornadas, además de las dificultades técnicas cercanas al séptimo grado, tuvimos que pelear con el frío reinante en una cara sur (norte en nuestro hemisferio) por encima de los 4.500 m. 

Esto debe ser lo mas parecido a estar metidos durante horas en un frigorífico…-nos dice Manu, mientras aguanta como puede el frio intenso en la reunión, que se te va calando en los huesos.

Si, vamos con todo lo que tenemos puesto, y aun y todo, estoy helado- le contesta Iker, que lleva los labios morados.

 

 La mayoría de los 9 largos de la ruta quedaron protegidos con material flotante (Friends y fisureros que pone el primero y recupera el segundo) y solo en tres de ellos nos vimos obligados a colocar algún seguro expansivo. 

El frío -entre 0º y -5º- nos atenazaba los dedos de pies y manos y nos resultaba muy duro progresar en estas condiciones. Solo con una motivación a prueba de bombas conseguimos llegar hasta la cumbre.

Toda la escalada discurre sobre una roca caliza fantástica, tan buena, que la ascensión sobre estos órganos perfectos, es una de las más bonitas que hemos realizado en nuestra vida. Creemos que es la primera vez que abrimos en alta montaña una ruta de tal calidad y belleza. Estamos felices”

 Ahora ya pensamos en volver a Huaraz y acometer algún otro objetivo de importancia en uno de los nevados de la Cordillera Blanca.

3

«ANDEAN KINGDOM» 7a+/800m – Cashan Oeste 5686m.

La tercera apertura de este verano en los Andes es la guinda a un mes repleto de aventuras.

Cuando parecía que habíamos tocado techo con la interesante exploración primero, y apertura después, de “Burrito Chin de los Andes” al Cerro Tornillo de 4.900 m, y “Cabeza Clava” al Huanka Punta de 4.670 m; nos sacamos un as de la manga, y conseguimos la primera ascensión a la perseguida cara norte del pico Cashan Oeste de 5.686 m. Un nevado famoso, y cercano a la capital andina de Huaraz, que nunca había sido ascendido por esta vertiente dada su compleja dificultad técnica.

Recibimos la información de la existencia de este objetivo, de los madrileños Carlos Cabeza y José Carlos Gómez Menor, que habían abierto hace unos años un espolón de roca cercano.

La pared es impresionante, de roca granítica de máxima calidad, y la ruta que trazamos para surcarla, busca los puntos más flacos que permiten superar con mucha visión, una pared técnicamente muy difícil que en varias ocasiones alcanza el 7º grado. 

Nos cuesta dos días enteros llegar a la cumbre, durmiendo en la mitad de la pared, en una pequeña repisa en la que apenas cabemos los tres, y en la que hay tan poco espacio que no queda otro remedio que dejar los pies suspendidos del vacío…

Vaya noche, ha sido de lo peor que recuerdo… ¡Ya os dije que aquí no cabíamos!- les suelto a bacajarro a mis dos compañeros según suena el despertador.

La verdad es que tenias razon, ¡Ja, ja, ja! No entrabamos ni de huevo- se ríe Manu viendo que lo peor ya ha pasado.

Y menos mal que en vez de uno, nos hemos traído los dos sacos de The North Face, que unidos, nos permitían taparnos mínimamente. Pero las horas han pasado muy lentas…- participa en la conversación mi hermano a la vez que saca la cabeza del saco y nos enseña unas enormes ojeras. 

 

Así, a las 6 de la mañana, cuando comienza a amanecer, ya estábamos dispuestos para salir corriendo de allí.

En la segunda jornada pagamos el cansancio del día anterior y la mala noche. 

Joder, el cuerpo no me responde con la energía y la vitalidad que me gustaría… Entre lo poco que hemos dormido y que me falta aire, voy muerto- les decía yo entre jadeos. 

Estamos escalando todo el rato por encima de los 5.000 metros, por eso moverse se hace tan penoso- nos contesta Iker.- Pero eso no va a cambiar, ¡así que dejaros de historias y vámonos para arriba!.

 

A pesar de todo, seguimos navegando por ese jeroglífico enorme, descifrando cada pieza, que poco a poco, nos va dejando más cerca de la cumbre, hasta que a las 15:30 de la tarde alzamos con alegría los brazos en señal de victoria en lo más alto de la montaña. No hay mucho tiempo para celebraciones, en 2 h ½ es de noche, y ni siquiera sabemos por dónde vamos a bajar… 

Retornar por el lugar de ascenso es impensable: Hemos dado demasiadas vueltas por la pared con continuas y largas travesías. Hay que tirarse rectos desde la cumbre y probar suerte… Es lo que tiene ser los primeros en pasar por aquí… Todo es aventura e incertidumbre.

Hacemos rapeles muy largos a 60 metros tratando de huir. Otra noche sería muy peligroso, vamos muy justos de fuerzas y sin apenas agua, derretir nieve tampoco es una opción, estámos en una zona muy vertical en la que no hay ningún nevero. El último rapel resulta impresionante. Casi no hay visión para saber si las cuerdas llegan al suelo porque la noche está prácticamente encima, pero decidimos arriesgar- no hay otro remedio- y tirar un rapel volado que resulta de 60 metros exactos (¡El tamaño de las cuerdas!) hasta el glaciar. ¡Qué suerte! 

Descendemos la morrena muy rápido. Mientras estamos bajando nos damos cuenta de que este corredor es muy peligroso por la caída de piedras. Cuando 45’ después estamos llegando al enorme bloque que hace de Campo Base, escuchamos un enorme estruendo a nuestras espaldas; ¡Madre mía! Es en el corredor que acabamos de cruzar…Se caen bloques enormes por donde hemos pasado hace apenas unos instantes…

No tenemos ni energía para pensar en ello… 

-No le deis más vueltas: ¡Estamos a salvo y eso es lo importante!. Podía haber sucedido lo peor, pero estamos vivos para contarlo, así que a dormir que mañana será otro día- les digo a todos intentando quitarle hierro a la situación.

A la mañana siguiente interiorizamos nuestra gesta: Hemos firmado una de las mejores ascensiones de nuestra carrera. Hemos abierto una vía de mucha dificultad a una altura considerable y en un lugar remoto de la cordillera andina.

Son de esas actividades que solo consigues cuando con los años aúnas experiencia, preparación física y mucha motivación. Hemos hecho algo muy grande y hay que ser conscientes de ello- dicta Iker sentencia mientras sin dejar de mirar la pared se toma un Cola Cao.

De todo lo que has dicho, creo que lo único que tengo es la última, ¡motivación!- se ríe a carcajadas Manu, para él que la ilusión es parte de su personalidad positiva.

 

Se llamará “Andean Kingdom” (en honor a nuestros amigos Luciana Juárez y Micher Quito y la agencia de turismo activo que regentan en la capital Huaracina) , cuenta con 800 metros de escalada, una dificultad de 7a+, y es otro sueño conseguido…

4

«AUPA GASTEIZ» 7c+/160 m – Quebrada de Llaca

Iker, ¿Te gusta “Aupa Gasteiz” de nombre para esta cuarta ruta?- le pregunto a mi hermano decidido a dedicarle la vía a nuestra ciudad natal (Vitoria-Gasteiz), que con tanto viaje por el mundo, de vez en cuando la echamos mucho de menos. 

Si, me gusta, ponerle este nombre es una buena manera de acordarnos de ella. ¡Compro!

La vía consta de cinco largos (160 metros) con una dificultad cercana al octavo grado, y, además es muy sostenida y extraplomada. 

Estamos contentos de haber acabado nuestro periplo de este verano abriendo una vía difícil de roca, ya que es lo que más escasea por esta zona. La gente viene a hacer los nevados, pero poca gente viene a escalar, a pesar de que este lugar también es un paraíso para ello. Pues bien, aquí está nuestra aportación.

Ademas, no va a ser una vía fácil: Al desplomar mucho, todos los largos han salido cercanos al séptimo o incluso al octavo grado, con lo que no será – al menos en los próximos años- una línea para todos los públicos. Y aunque cuenta con parabolts, hemos seguido nuestra filosofía de colocar los menos posibles, e intentar pasar con friends y fisureros, con lo que en muchos lugares estos distancian bastante.

También tuvimos algún incidente serio que a punto estuvo de hacernos tener que abandonar la aventura:

Cuando estábamos cerca de finalizar nuestra primera jornada, Iker que en ese momento iba en cabeza, me tiró una piedra filosa que conseguí esquivar con la cabeza, pero no con la pierna… Me impactó con tal violencia que a punto estuve de perder el conocimiento del dolor…La piedra fue a parar a mi pierna izquierda, justo debajo de la rodilla. Me rompió el pantalón, y cuando acerté a levantarlo para ver la herida, me di cuenta de que tenía un agujero importante… Cuando comprobé que no sangraba demasiado, y que por lo tanto no parecía que hubiese peligro de una hemorragia fuerte, le grité a mi hermano que me dolía mucho, pero que pensaba que podría seguir un rato más hasta que el finalizase el largo.

Así fue como continuamos escalando una hora y media más, hasta que terminamos la faena del primer día, tras lo cual bajamos despacio hasta la pista más cercana, y paramos un todoterreno que nos bajó hasta el hospital, donde me pusieron cuatro puntos de sutura.

La jornada siguiente fue de obligado descanso, ya que prácticamente no me podía mover; un día después, todavía con dolores fuertes y los puntos recién colocados, volvimos a la faena para finalizar “AUPA GASTEIZ!” y cerrar uno de los viajes más interesantes y fructíferos de nuestra carrera.

Eneko, Iker y Manu Ponce.